Quiero mis canicas

Quiero mis canicas...
sí, esas que siempre escuchamos rodar a horas intempestivas al vecin@ de arriba.
Las canicas que en lo mejor del sueño te despiertan, te sobresaltan...
Pensaba que cuando fuera propietaria (qué fuerteeeeee) me las darían. No sé, quizá al recoger las escrituras de la casa, o quizá, a prensetarme a la presidencia de la comunidad de vecin@s.
Quizá, una mano anónima, al ver en el buzón que antes estaba en blanco dos nombres nuevos, uno sobre otro, le daría por meter la bolsita de canicas, esas, con las que a media noche, despertar a mis vecin@s de abajo, sobresaltarlos, y con una sonrisa quedarme dormida, con el hilo de la bolsita de canicas entre mis dedos.

Pero se ve que no, que esas canicas las tendremos que conseguir de otra forma. Pero estoy contenta, contenta de que al fin, tengo un piso medio decente, nuestro nido, nuestro hogar... aunque sea sin canicas, jajajajaja.

Este es el primer post desde lo que va a ser mi habitación, a la que llamo estudio. Sé que es en donde más horas voy a estar. Por eso he querido escribir mi primer post desde ella.

La casa aún no tiene lámparas, faltan muebles, cuadros, estanterías, mis libros y mis ordenadores, el resto de mi ropa, de mis recuerdos, fotos, anécdotas, juegos, play3, y un largo etc... pero tengo lo principal, y es que por fin, todas las noches duermo junto con la mujer a la que amo.

Quizá alguna vez suba fotos de cómo han quedado las habitaciones, los baños, el superarmario empotrado del dormitorio o la minicocina roja...