martes, 28 de abril de 2009

Lady Blue

2 encuentros
A veces pienso qué se sentirá, cuando a miles de kilómetros de la Tierra, por una ventanita de una nave espacial, se contempla nuestro Planeta Azul. Imagino que se me olvidaría hasta respirar...




LADY BLUE
hoy voy a empezar
hoy es el comienzo del final
el cocodrilo
astronauta soy en órbita lunar

y ahora todo es mejor
la lluvia de asterioides ya pasó
no fue para tanto
y desde aquí

todo es insignificante
nada es tan preocupante
y el espacio es un lugar
tan vacío sin tí

Lady, Lady Blue
sin control, sin dirección
la luz se fue, ¿a dónde voy?
...

martes, 21 de abril de 2009

Pequeño Susto

3 encuentros
A veces, una llamada de teléfono inesperada puede hacer que el corazón te lata deprisa, como un coche que tras acelerar, pasa en 7 segundos de 0 a 100 km/h.

A veces, miras a los ojos a las personas que amas y que te rodean a diario, y descubres en ellos una fatiga, un signo de debilidad, y se te caen las creencias de que son rocas inhiestas e imbatibles.

Y giras la llave y abres la puerta, y de repente, sus ojos se llenan de lágrimas al ver que has salido corriendo del trabajo 2 horas antes, sin que te lo pidieran, y has ido a estar con ellos. Entonces, rompen a llorar sin parar, y tú, tienes que convertirte en esa roca que ellos han dejado de ser, y que tan mal se te da ser, para no llorar con ellos, y decirles que no pueden caer, que ellos son un pilar en tu vida, y que si ellos caen, tu vida se tambaleará, rompiendo muchas cosas.

Entonces, pasas toda la tarde a su lado. Aunque sea viendo la tele cosas que no te gustan. Y sales un segundo y le traes unos pasteles para merendar y que se tomen la medicación. Y así, es como dices que los quieres, que estás ahí, y que son importantes en tu vida.

MAMÁ, NO VALE DARME MÁS SUSTOS (aunque ella nunca llegará a leer este blog, porque no sabe de su existencia, porque no sabe manejar ordenadores...).

viernes, 17 de abril de 2009

Autobus Fantasma

1 encuentros
Roma. Coliseo. Después de pasear por todo el Foro Romano, imaginando la vida allí, vamos al Coliseo.

"Cierra los ojos. Ahora, abre tus oidos, y escucha como una multitud de personas aclaman al gladiador..."
"Alaaaaaaa, qué poco romántica... Has roto el momento."

Después de imaginar a esos gladiadores, a ese espacio lleno de una multitud sedienta de emociones, a esa arena inundada por agua para simular batallas navales... salimos de allí, muertas de hambre, de sed, y cansadas de andar.

- ¿Qué hacemos? Buscamos algo para comer por aquí, aunque sea demasiado turístico o nos vamos para otro lado?
- Pues vamos a terminar de dar la vuelta al Coliseo y si no vemos ningún sitio nos vamos, ¿no?

Así, seguimos bordeando todo el Coliseo.

- ¿Ese restaurante no tiene la bandera gay en el cartel? - pregunta mi mujer.
- ¿Dónde? Ah, sí. ¿Quieres ir, no?
- Tú qué crees...

Al final, al mediodía era un sitio turístico, de comidas, cafelitos... Se llama Coming Out. Veíamos en la barra a una chica, con bastante "plumilla", y bueno, como siempre, me tocó preguntar a mí, por sitios de ambiente en Roma. La muchacha, más o menos nos explicó. Nos recomendó que fuésemos a un sitio que se llamaba Omogenic o Circolo degli Artisti. www.circoloartisti.it



Total, que salimos. Al final, después de estar andando casi una hora (y meternos en una tasca a comer algo, la mejor focaccia que hemos probado nunca, lleno de tíos), encontramos el sitio. Serían casi las 12 de la noche. El sitio genial. Lo mejor es que no se fuma, así que puedes salir de un pub abarrotado de personas que no hueles a tabaco, ni pelo, ni ropa, ni te escuecen los ojos...

Al principio, dimos una vuelta por el sitio, tras pagar la entrada, sin derecho a consumición. Era una antigua casa, con patio grande, donde la variedad de personas que nos encontrábamos, ya fueran gays, lesbianas, heteros, blancos, negros... se distribuían por las diferente mesitas o tablados, mesas o suelo... Nadie miraba a nadie. Luego, nos fuimos a la barra a pedir bebidas, que eso sí, carísimas, ya fuera un refresco, una cerveza o un cubata. Tras eso, nos sentamos al fresquito de la noche, a charlar.

Cuando acabamos las bebidas, fuimos a ver las diferentes salas. Había una enorme, con un escenario al fondo, en el que había chicos y chicas enseñando sus cuerpos, bailando, cantando, animando al público. Había también algunas personas que aunque no fueran lo que entendemos por drag queen, iban vestidas de forma exagerada.

Otra sala era con música setentera y ochentera. En esa nos quedamos la mayoría del rato, pues mi "estado de salud" no me permitía estar en la otra, con tanta gente. Aquí vimos a una chica, que como nosotras, estaba de marcha, que se hizo con la pista y estuvo bailando alrededor de un chico, en plan shakira-árabesca...

Casi a las 3, estába yo algo cansada, así que nos fuimos. Y aquí comenzó la verdadera aventura. En vez de decirnos "siniestra" nos dijeron "destra", y allá que nos metimos nosotras, por calles solitarias, sin un alma... Algo desesperadas le dimo la vuelta a la manzana, sin encontrar la parada del bus nocturno que buscábamos. Así que volvimos tras nuestros pasos. Tras andar unos 20 minutos, por fin, encontramos la parada del bus.

Sin saber de dónde, de repente apareció nuestro autobus. Nos montamos algo apresuradas. Había bastante personas, algunas dormitando en los asientos, completo entero. La mayoría eran inmigrantes. Nos miraban. Me dirigí a la máquina de tickets, y pedía monedas de euros, que no teníamos sueltas. El conductor nos gritó que él "finito". Agobiadas, veíamos las miradas clavadas en nosotras de los demás viajeros/as. Hasta que al final, una chica, con aspecto demacrado por las drogas, nos dijo en italiano que no nos preocupáramos, que a esa hora no había revisor.

Ahora, nuestra preocupación era bajarnos en la parada acertada. Seguíamos sintiendo las miradas, en silencio. Las dos juntas, al lado de la puerta del bus. Cuando por fin, vimos un edificio que estaba cercano a nuestro hotel, y le dimos al botón solicitando la parada. Fué entonces, cuando nos bajamos, y vimos que por casualidades, la parada estaba en la misma puerta del Hotel. El autobus se esfumó, como cuando apareció en la parada, como si se tratara de un autobus fantasma, el autobus de Harry Potter.

Entonces, el estress contenido, los nervios de haber andado tan tarde por unas calles oscuras, solitarias y desconocidas, un autobus en el que no pagamos y éramos objeto de extrañas miradas, y por fin, encontrarnos en la puerta misma del nuestro Hotel, por arte de magia, hizo que nos abrazáramos y échasemos a reír. Así entramos a la recepción del hotel, sobre las 4 de la mañana, abrazadas y riéndonos estentóreamente; y el señor de recepción, mirándonos, mientras pensaría que estábamos locas y borrachas.

Volveríamos a repetir. Eso está claro.
RECOMENDACIÓN: Si vais a Roma, id un viernes o sábado por la noche a Coming Out, al lado del Colisseo, donde hicimos al día siguiente por la noche amistad con un grupo de chicas italianas. El ambiente genial, buena música, buena comida y muchas chicas...

lunes, 13 de abril de 2009

Mujer Casada

4 encuentros
Sí, ahora soy "una mujer casada". Nunca me lo hubiera imaginado, yo, ¿casada?

Ya estoy de vuelta de mi viaje de novias. Ha habido de todo en él, la verdad, es que creo que nunca lo olvidaré, nunca nos olvidaremos, ¿no mi amor?

Pero la realidad es la que es. Y de vuelta de nuevo a mi rutina, y tú, de nuevo a la tuya. El destino, ya sabes, ¿pero no era yo la que no cree en el destino? Je, je, je.

Casadas. Y la gente me viene y me dice que la boda fue preciosa, idílica, única, original... Que si estábamos guapísimas. Que se lo pasaron estupendo. Que el sitio era de ensueño. Y un sin fin de adjetivos que me abruman.

Recuerdo que al poco de días de estar casadas, cuando por fin estábamos solas, te confesé que era ridículo, pero me sentía como siempre. Que tenía la sensación que casarme me iba a hacer sentir diferente respecto a ti. Y tú, como siempre, me acusaste de ser cursi, pero... ¿no te sientes ahora diferente? Porque esta separación, me hace sentir diferente. A la vez esperanzada, a la vez fuerte, a la vez feliz... y a la vez te extraño más que nunca pero menos dolorosamente que antes...

Ya estoy de nuevo aquí. Ahora empezaré a escribir realmente. Os espero en "La Esquina".

Y sí, algo sí que ha cambiado, ahora cuando me pregunten estado civil, me tendré que acordar de decir: CASADA. El problema, si me preguntan el nombre de mi cónyuge y digo el de una mujer, seguro que me vuelven a decir: "el de su marido, no el suyo", y yo, con mi simpatía que me caracteriza, contestaré: "eso es lo que le estoy diciendo, el nombre de mi mujer".