martes, 24 de noviembre de 2009

Un buen hombre

Antes de irme lo vi pasar, de lejos. Me quedé con su nombre entre los labios, a punto de llamarlo, pero no terminé de hacerlo...

La primera vez que lo vi fué en unas pruebas para acceder a un trabajo, en el que luego fuimos compañeros. Llegó tarde por un mal entendido, y tiró el atril de la sala de actos de donde se hacía dicho examen.

Conforme los caminos de las rutinas en el trabajo se unieron, y tuvimos que trabajar en la misma mesa, en el mismo ordenador, fui conociéndolo mejor. Un hombre que pasaba los 40. Siempre con el cigarro entre los labios, encendido o apagado, pero ya formaba parte de su fisionomía. Reservado, tímido... pero cuando lo conocías, era bromista, respetuoso, solidario, altruista... Le daba bastantes vueltas a las cosas, tanto las que hacía/decía como las que le decían/hacían.

Es un buen hombre. Me da tristeza la mala fortuna que tiene. Su mujer y él no son capaces de concebir un hijo. Él sigue somentiéndose a la inseminación porque a su mujer le hace ilusión. Y te preguntas por qué a veces las buenas personas no consiguen alcanzar sus sueños, que no son tan altos. Él no pide más que trabajo y salud. Ayuda a todas las personas que puede, es inteligente, ama a su mujer y se conforma con tener en su cuenta corriente un respaldo económico por si viene algún imprevisto. Su casa tiene más de 30 años, y su coche unos 10. Le gusta el fútbol. Los domingos recoge a sus sobrinos y su padre y van a ver el partido en el Estadio de la ciudad. Les saca cada año los bonos... Y encima, hasta su equipo, a nivel nacional, es un perdedor nato.

Cuando trabajábamos juntos, cuando ya se sentía cómodo conmigo, de repente, se ponía a tararear o cantar. Por cierto, eso no es lo suyo... Manolo García, una canción en concreto, o esa de Mecano, con la que luego nos dijo que se sentía tan identificado: "¡Ay!, qué pesado, qué pesado
siempre pensando en el pasado, no te lo pienses demasiado que la vida esta esperando!"

Es curioso cómo la vida cruza tu camino con este tipo de personas. Hace 3 años en diciembre que ya no trabajamos juntos. Y las otras mañana, cuando lo vi de lejos, con su traje chaqueta barato, su maletín de cuero de antaño, el cigarro entre los labios y consultando el reloj... no fuí capaz de llamarlo y preguntar cómo le iba todo. Quizá, la vida ponga en tu camino a personas buenas, para que comprendamos que no todo está perdido... Y es entonces cuando tú te vuelves también, un poco, mejor persona.

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